jueves, octubre 16, 2025
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Los tres países latinoamericanos con el salario mínimo más elevado

En orden, Costa Rica, Chile y Uruguay son los tres países de América Latina que cuentan con el salario mínimo más alto. Sin embargo, ¿realmente son suficientes? ¿Alcanzan para cubrir las necesidades básicas de las familias? ¿Qué se puede adquirir con ellos?

Al escuchar la cifra de 650 dólares, que es el mínimo en Costa Rica, o 550 dólares, que equivalen a los salarios mínimos en Chile y Uruguay, muchos podrían pensar que es adecuado para llevar una vida digna, especialmente si se compara con un país como Venezuela, donde el salario mínimo apenas alcanza los 5 dólares mensuales.

No obstante, las cifras en sí, sin ningún contexto, no reflejan el valor real de ese dinero en cada país. Al fin y al cabo, un salario es considerado bajo o alto en relación al costo de vida.

Aunque en estos tres países la situación económica es mejor que en muchas otras naciones de la región, a medida que los sueldos aumentan, también lo hace el costo de vida, y el impacto en la calidad de vida de las personas varía considerablemente según las circunstancias de cada familia.

En un informe de la BBC se presentaron tres casos, uno en cada país, y estos son los testimonios:

En Costa Rica, «es imposible ahorrar»

Con un salario mínimo de 352.165 colones (equivalente a 650 dólares, el más alto de América Latina), muchos podrían pensar que vivir en Costa Rica es relativamente fácil.

Sin embargo, aunque la familia de Ana Yancy Segura recibe un poco más gracias a los 200.000 colones quincenales que gana su esposo como guardia, ella asegura que «no es suficiente» para cubrir las necesidades básicas de sus tres hijos pequeños de 18, 11 y 3 años, y las suyas propias.

«Con esto es imposible ahorrar. Si logro guardar 30.000 colones (55 dólares), ya es mucho, pero tendría que dejar de pagar los gastos fijos del mes», le comenta la mujer de 38 años a BBC Mundo.

Estima que aproximadamente el 70% de una quincena se destina al pago de luz, agua, cable e internet.

Pero lo más costoso es la alimentación. Según el Instituto Nacional de Estadística del país, el costo mensual promedio de la canasta básica alimentaria en mayo ascendía a 58.887 colones (109 dólares) per cápita, un 25% más que hace tres años.

Ana compra principalmente arroz, frijoles, café, leche… «Si alcanza, también pollo o carne. Huevos muy pocos, porque están muy caros, han pasado de 2.500 a 4.000 colones (4,6 a 7,4 dólares) en tres años. Ahora compro salchichón o chorizo, que es más barato y alcanza para una semana», explica.

En Chile, «es muy caro comer»

Como asistente en una cafetería, Rosario Román, de 62 años, gana un salario mínimo de 550 dólares mensuales (equivalente a 440.000 pesos chilenos).

También recibe una pensión de jubilada de 218

dólares al mes, lo cual le permite complementar sus ingresos.

Vive con su hermana de 57 años, quien está desempleada, un sobrino que trabaja por días, la esposa de este último, quien es ama de casa y vendedora informal. Entre todos, logran reunir alrededor de 1.200 dólares. El 70% del presupuesto se destina a la comida.

«Aquí en Chile es muy caro comer», cuenta Román en una conversación con BBC Mundo.

«Me gustaría que pudiéramos tener una buena alimentación básica. No aspiro a tener lujos, pero sí deseo vivir dignamente». Con el 30% restante, pagan la luz, el agua, el gas, el transporte y los productos de limpieza. En invierno, también deben considerar el gasto de parafina para calentar la casa.

En una familia más pequeña, el mayor gasto se destina a la comida y al alquiler. Si la vivienda se encuentra en un barrio periférico de la capital, el alquiler representa entre el 60% y el 70% del presupuesto.

«Uruguay es un país muy costoso para vivir»

Valeria Avondet realiza un difícil equilibrio para subsistir con los aproximadamente 550 dólares que gana cada mes como operadora de ventas en un call center en Uruguay.

Esa cantidad equivale al salario mínimo de 21.107 pesos uruguayos fijado por el gobierno, que es uno de los más altos de América Latina al convertirlo a dólares.

Sin embargo, Avondet, de 24 años, conoce bien sus límites estrictos.

«La mitad de mi sueldo se va en alquiler, impuestos y gastos de servicios», comenta a BBC Mundo. «El resto lo administro».

En ese «resto» se incluye la comida, que a veces compra en la ciudad vecina argentina de Colón, ya que afirma que allí los alimentos pueden ser hasta un 94% más baratos.

«Uruguay es un país muy costoso para vivir», señala. «Tiene ciertas cosas buenas, como la educación gratuita, entre comillas, ya que en otros países eso tiene un costo: si no puedes pagarlo, no puedes acceder. Pero (Uruguay) tiene un costo de vida que en otros países tal vez no lo tienes».

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