El saldo de fallecidos tras el derrumbe ocurrido el viernes en un edificio residencial en la ciudad de Paulista, Brasil, se elevó el sábado a once, y otras tres personas aún se encuentran atrapadas bajo los escombros o están desaparecidas.
El Cuerpo de Bomberos de Paulista, en la región metropolitana de Recife, la capital de Pernambuco, confirmó que durante la madrugada y la mañana del sábado se recuperaron más cuerpos sin vida de entre los escombros.
En total, las víctimas fatales incluyen a tres mujeres adultas, cuatro hombres y cuatro menores de edad, entre ellos una niña de cinco años y un niño de ocho.
Uno de los hombres, un joven de 18 años, fue rescatado con vida de los escombros, pero lamentablemente falleció camino al hospital.
Las labores de rescate continúan el sábado con la ayuda de perros adiestrados y equipos de remoción de escombros en el bloque de 16 apartamentos que colapsó y en el edificio contiguo, que resultó parcialmente destruido.
El viernes, se rescató con vida a tres mujeres que fueron trasladadas al hospital del municipio con fracturas, mientras que otras cuatro personas, que no formaban parte de la lista de 19 ocupantes del edificio y vivían en una propiedad vecina, sufrieron heridas leves.
El colapso ocurrió en medio de fuertes lluvias que han afectado la región metropolitana de Recife durante las últimas dos semanas, provocando alertas y ocasionando otros derrumbes, inundaciones, caídas de árboles, postes y varios accidentes de tránsito.
El edificio, ubicado en el conjunto residencial de viviendas populares Beira-Mar, había sido clausurado por orden judicial en 2010 debido a los riesgos que presentaba, pero dos años después los propietarios volvieron a ocuparlo sin autorización.
En 2018, una inspección del Cuerpo de Bomberos recomendó desalojar nuevamente el edificio y el jueves, un día antes de la tragedia, una aseguradora del banco estatal que financiaba los apartamentos emitió un informe similar sobre los peligros del inmueble.
En abril pasado, seis personas murieron aplastadas por los escombros después de que otro edificio residencial colapsara en la ciudad vecina de Olinda, también en la región metropolitana de Recife.
El derrumbe ocurrió en el edificio Leme, una estructura de tres pisos en el humilde barrio de Jardim Atlântico, que también tenía una orden de desalojo desde el año 2000 debido al riesgo de colapso.